El uribismo no está predestinado a quedarse aquí, anclado como un viejo barco”, dice Carlos Lozano, director de Voz y dirigente comunista

Foto CALS

Carlos María Rugeles

Periodista del ciberespacio

Carlos Lozano es director del periódico Voz, miembro del Comité Central del Partido Comunista Colombiano y de la Junta Nacional del Polo Democrático Alternativo. Ferviente admirador de Carlos Gaviria Díaz, de quien asegura será el próximo candidato presidencial de la izquierda. Es una de las personas más comprometida con la paz y el acuerdo humanitario, de hecho colaboró en los últimos seis años para que Gobierno y FARC se encontraran cara a cara a negociar el canje de prisioneros y secuestrados. Hoy, después que el Gobierno de Uribe acudió a él en muchas ocasiones para que le ayudara, está siendo procesado por rebelión, algo que rechazan tirios y troyanos. Todos le reconocen su aporte a esta causa humanitaria. El presidente Nicolás Sarkozy, de reconocida posición derechista, le concedió la Orden de Caballero de la Legión de Honor algo que no le agradó al gobierno colombiano que lo prefiere en la cárcel.

Lo hemos entrevistado, antes de salir para un seminario sobre el último libro de Daniel Pécaut, un francés experto en el tema de la violencia en Colombia, con el título de “Las FARC: una guerrilla sin fin o sin fines”. Es en la Universidad Javeriana, una de las universidades de élite en Colombia, pero en donde aprecian sus opiniones, no tanto porque coincidan con ellas sino porque son serías y muy bien argumentadas. “Lozano no le hace la apología a la violencia y a la guerra, sus opiniones se sustentan en propuestas de paz”, nos dijo uno de los promotores del desayuno-seminario en la Universidad Javeriana, en donde compartió tribuna con Medófilo Medina, profesor universitario y le hizo críticas al libro de Pécaut en su presencia. La entrevista circulará por la red de internet después del 12 de noviembre.

¿Cuál es su situación jurídica?

-Hace más de un mes terminé la larga indagatoria ante la fiscal 19 de la Unidad contra el Terrorismo, en la cual se me notificó después de escucharme, que estoy acusado del presunto delito de rebelión por ser miembro de la guerrilla de las FARC. Después de la diligencia de indagatoria la fiscal debe decidir si decreta una medida de aseguramiento en contra mía o me favorece con la decisión inhibitoria o la preclusión. Aún no ha tomado ninguna decisión en este sentido pero va a escuchar en declaración a algunas personalidades como los ex presidentes Ernesto Samper y Andrés Pastrana, monseñor Luis Augusto Castro, el padre Darío Echeverri, los ex altos comisionados de paz Camilo Gómez y José Noé Ríos, al ex canciller Augusto Ramírez Ocampo, los familiares de los rehenes Marleny Orjuela y Angela de Pérez, los secuestrados liberados este año, Luis Eladio Pérez y Consuelo González y los dirigentes de ONG, Jaime Zuluaga y Carlos Salgado, quienes tendrán que responder preguntas sobre mis actividades en materia de paz e intercambio humanitario, de mi oficio periodístico y de facilitador humanitario. Todo lo que les conste al respecto. Es positiva la decisión de llamar a estas personas tan importantes que conocieron de mis actos altruistas y humanitarios, aunque preocupa también que la fiscal haya negado la solicitud de pruebas que nos permita controvertir la legalidad de la “prueba reina” que posee la Fiscalía, esto es, los famosos computadores de Raúl Reyes, que por cierto no los he visto, no sé donde están, pero sospecho en qué lugar continúan siendo manipulados de manera arbitraria.

¿Cuáles son las pruebas para acusarlo de ser miembro de las FARC?

-Ninguna. Son suposiciones, especies de “falsos positivos” que brotan de la Lámpara de Aladino de Reyes, que se convirtió en una Biblia para la fiscalía. Son montajes urdidos por la Dijin Policía Judicial y orquestados por el general Óscar Naranjo, director de la Policía Nacional, cerebro gris tras los procesos que ellos llaman Farcpolítica, pero que en realidad son juicios políticos orientados a establecer el delito de opinión en Colombia. Me castigan mi posición de periodista crítico y de dirigente del Partido Comunista, de crítica permanente a los desafueros del gobierno uribista.

Usted dice que sospecha dónde están los computadores de Raúl Reyes ¿Quién los tiene?

-La Dijin. Los sigue hurgando y manipulando a su amaño, es el organismo de inteligencia del Estado con el aval del Ministro de Defensa, que ha filtrado los llamados correos electrónicos, que nunca los he visto como tales, y en muchos casos entregados a la prensa mutilados y modificados si se comparan con los que aparecen en el expediente de la fiscalía. ¿Cómo se puede asegurar que en estas condiciones irregulares y absurdas desde el punto de vista jurídico se respetó la cadena de custodia? ¿Cómo se puede hablar de debido proceso y de garantías procesales si la Fiscalía no accede a decretar las pruebas tendientes a demostrar estas irregularidades y a atacar la ilegalidad de la “prueba reina”, que son los computadores de Reyes? Este es un juicio político, amañado y aberrante, que busca encartar a quienes hemos trabajado por el intercambio humanitario y la paz. Se busca equiparar las cargas con la “parapolítica” y no hay punto de comparación como tampoco con los “falsos positivos” y los crímenes de Estado por los cuales debe responder el Gobierno Nacional y en particular el señor Uribe Vélez.

Entonces, usted insiste en que es un juicio político. -

Sí, así lo sostengo. Los hechos están demostrando esta realidad. Pero han chocado con una solidaridad nacional e internacional sin precedentes, que se expresa en los pronunciamientos en mi favor de ex presidentes, de los voceros de los partidos tradicionales, de partidos uribistas y por supuesto de organizaciones sindicales, de periodistas, sociales y populares. El Partido Comunista y el Polo Democrático Alternativo han estado en la primera línea de la solidaridad. Desde el exterior también llegaron numerosos mensajes de aliento y solidaridad de diputados del Parlamento Europeo, de parlamentarios británicos, parlamentarios franceses, de organizaciones de periodistas, centrales sindicales y organizaciones de derechos humanos y de colombianos en el exterior. No me he sentido sólo en esta batalla por la verdad y la justicia. Me emocionaron los mensajes de los secuestrados recién liberados, entre ellos Ingrid Betancourt, de los familiares de ellos con los que trabajé con tanto ahínco y esperanza.

El Gobierno de Francia le concedió la Orden de Caballero de la Legión de Honor, que es una alta distinción, me atrevo a decir que es la primera vez que se la entregan a un comunista.

-Me llena de orgullo y de agradecimiento con el Gobierno de Francia. Es el reconocimiento a una lucha común, sin mezquindades, como si las tienen los altos funcionarios del gobierno de Uribe Vélez, que después de acudir a mí para buscar acercamientos con la guerrilla y en procura de colaboración, ahora lo niegan para perjudicarme ante la Fiscalía. De alguna manera me utilizaron, porque ahora estoy seguro que nunca Uribe y su Gobierno tuvieron el más mínimo interés en el canje humanitario y menos aún en una salida política del conflicto colombiano.

Con la circunstancia del juicio por rebelión ¿usted suspendió sus gestiones humanitarias? ¿Firmó la carta de los intelectuales? ¿Le ve sentido a esta carta?

-No he suspendido en ningún momento mi lucha por la paz y el canje humanitario. No necesito aval ni permiso del Gobierno para ello. El artículo 22 de la Constitución Política establece que la paz es un derecho de los colombianos, así que nadie requiere de un permiso especial para hacerlo, menos de un Gobierno que contraviniendo el mandato constitucional consagra una política de guerra como esencia de su gestión y de la llamada seguridad democrática. Ante el vacío de paz del Gobierno un grupo de intelectuales le escribieron una carta al Secretariado de las FARC en que le proponen un diálogo epistolar a través de internet, en búsqueda de caminos de paz. Por supuesto que firmé el documento y firmaré cuanto documento más busque ese fin altruista y humanitario. En este momento, cuando el lenguaje gubernamental es de guerra, embriagado de triunfalismo belicista por unos golpes propinados a la guerrilla, cualquier esfuerzo en el camino de la paz como éste es válido y plausible. No hay que olvidar que en cautiverio quedan varios colombianos que serán el sujeto del intercambio humanitario. Este diálogo, con apoyo nacional e internacional, busca abrir caminos y presionar a las partes para que depongan la miope visión de la salida del conflicto por vía militar y que prevalezca el realismo que aconseja es la solución pacífica y negociada.

En su opinión ¿cuál es la situación de las FARC? ¿Están ya derrotadas como dice el Gobierno?

-Las FARC han sido duramente golpeadas en este año, no se puede desconocer. Pero están lejos de la derrota. No veo cerca el fin del fin que predica el general Padilla de León. Nada que ver con la realidad. Es lo que da la razón a quienes insistimos en las salidas pacíficas. No hay solución militar posible. Esto es válido para la guerrilla y el Gobierno. Las victorias gubernamentales cambiaron tal vez el marco de la confrontación armada, cuya ofensiva la tienen en el momento actual las fuerzas militares, apoyadas por la presencia militar estadounidense y la ayuda de otros países como Gran Bretaña e Israel y por fuerzas irregulares como los paramilitares, pero el origen del conflicto sigue siendo el mismo. Son las mismas causas políticas, económicas y sociales que la clase dominante se niega a reconocer como los factores generadores del conflicto, amén de que la violencia desde el poder es un factor sempiterno que le dio fuerza a la confrontación armada y la retroalimenta en este momento. No hay otra salida que la solución pacífica, insistir en la guerra es prolongar la barbarie y el horror de una confrontación de medio siglo.

Usted mismo lo dice: Estados Unidos está metido en esto hasta el cuello, con ayuda económica, Plan Colombia, presencia militar de asesores y combatientes, incluso disfrazados de contratistas del Plan Colombia. ¿Cree usted que eso va a cambiar con el gobierno de Obama?

-No lo sé, no estoy seguro. Hay que esperar un poco que eche a andar el gobierno de Obama, aunque hay casi una histeria colectiva, llena de optimismo, la Obamanía, que va a pesar en que Barack Obama por lo menos implemente algunos cambios. No creo que serán tan profundos como algunos se los imaginan. No me pongo la camiseta de Obama como hacen algunos compañeros en la izquierda con mucho optimismo, prefiero esperar, analizar los pasos previos y posteriores a enero cuando comience el nuevo Gobierno en la Casa Blanca. Tal vez en materia de derechos humanos habrá exigencia y en eso Uribe Vélez no podrá responder porque este Gobierno está comprometido en crímenes de lesa humanidad, en prácticas terroristas de Estado y eso ya no se puede borrar de la memoria colectiva y menos de la de las víctimas. Con razón algunos dicen que Uribe insiste en la reelección, porque cuando quede sin el sillón presidencial tendrá que responder ante la justicia internacional. Una persona de estas no puede engañar a todo el mundo por tanto tiempo. Mas que engañar diría que burlarse de la humanidad con tanto cinismo.

¿Usted cree que Uribe Vélez tiene “comprada” la reelección?

-No. Por cierto la tiene muy envolatada. Y más adelante será peor para él. La crisis económica del capitalismo, sobre todo en la principal potencia imperial, tendrá sus efectos en esta economía dependiente y sometida a la férula de Washington. Como nadie Uribe se postró ante los gringos. ¡Qué vergüenza! Bush solía decir: “Uribe es mi amigo, hace todo lo que nosotros decimos y algo más”. ¿Cómo no tendrá impacto la crisis económica? Mentes tan limitadas como Uribito (Ministro de Agricultura del gobierno de Uribe y quien trata de parecerse a su Presidente. Nota del autor), son las únicas que se atreven a decir que “Colombia está blindada contra la crisis”. Los efectos sociales son catastróficos. Estimularán movilizaciones sociales y populares. La protesta indígena no la podrán detener ni siquiera con la violencia del Esmad (Escuadrón antimotines de la Policía Nacional. Nota del autor) y de la bota militar. Como otras manifestaciones y protestas sindicales y populares. Estas llegarán, así incrementen la represión y el régimen policiaco. A los estudiantes quieren intimidarlos con la investigación judicial de todos ellos, exigiendo los listados en las universidades públicas. ¡Esto que tiene que ver con la democracia! Es el fascismo ordinario, así de sencillo. La protesta va porque va, a todo el pueblo no podrán meterlo a la cárcel, como lo sueñan Uribe y su combo.

Y el Polo Democrático Alternativo ¿qué papel jugará en todo esto?

-Tiene que estar en la primera línea de la lucha, confrontando al régimen y proyectando su opción de poder. Aquí no caben las componendas ni las alianzas “por arriba”, menos los “acuerdos nacionales” con Uribe o con los uribistas. La apuesta del Polo debe ser por un gran movimiento con apoyo democrático y social, sin pactos ni consensos con los responsables de esta terrible situación que son los que están en la “Casa de Nari” (Nombre con el que se conoce a la Casa de Nariño (sede de los presidentes en Bogotá, porque así le dicen ciertos capos narcoparamilitares. Nota del autor). Un Polo a la izquierda, definitivamente a la izquierda sin temores ni vacilaciones. Los timoratos no pueden estar a la cabeza de este proceso, la mayoría de los delegados al II Congreso está en la izquierda, la suma de los votos así lo dice. La mayoría respalda a Carlos Gaviria Díaz, la “gran prensa” y los uribistas promueven a otros “moderados”. Los utilizan y luego los dejan botados en el camino. Es la vieja práctica de la cooptación que es otra forma antidemocrática que promueve la clase dominante para neutralizar a la oposición. ¡Allá los que quieran jugar ese papel! Estoy seguro que la mayoría escogerá el otro, el del compromiso histórico con los cambios y la transformación de la sociedad, la de que el Polo sea poder para cambiar a Colombia.

¿Usted siente temor, tiene miedo?

-No me siento héroe ni tengo vocación de mártir, pero no tengo miedo. Sé que si no logran meterme a la cárcel intentarán matarme, como lo hicieron con Jaime Pardo Leal, Pepe Antequera, Manuel Cepeda o con los cinco mil sacrificados de la Unión Patriótica y del Partido Comunista. Pero no tiene que ser así. Este país se sobrepone a estos malos momentos, hay fuerzas democráticas suficientes para superar estos momentos difíciles. No lograrán que renuncie a mis principios, el Partido Comunista demostró que es indestructible y eso es lo más importante. Somos revolucionarios y luchamos por la revolución desde la cárcel o fuera de ella. Así que estoy dispuesto a asumir lo que se venga encima. Todo ello es transitorio porque el uribismo no está predestinado a quedarse aquí, anclado como un viejo barco. Eso es lo que creen Uribe y sus amigos y por ello abusan del poder. Es más, creo que el régimen uribista está en cuenta regresiva, la lucha del pueblo colombiano crece ante el despotismo del poder.