domingo, 25 de enero de 2009

Carlos Lozano en Foro Distrital del Polo Democrático Alternativo


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“El Polo debe estar en definitiva en la izquierda como una opción democrática y popular”

*Carlos A. Lozano Guillén, director de VOZ y dirigente del Partido Comunista, intervino en el Foro Distrital del Polo Democrático Alternativo a nombre de la lista nacional 14 de la cual hizo parte en las recientes elecciones de delegados al Segundo Congreso del PDA. El Foro fue instalado por Carlos Bula Camacho, Secretario General del PDA, el sábado 24 de enero, a la vez que por otras listas intervinieron, además, Jorge Enrique Robledo, Marcelo Torres, Luis Carlos Avellaneda, Carlos Romero, Alvaro Argote, Arnulfo Bayona, entre otros. Al decir de varios participantes, más de dos centenares de delegados distritales y nacionales al Segundo Congreso del PDA, fue un ejercicio ideológico de altura y de confrontación democrática de puntos de vista.

(Apartes de la intervención de Carlos Lozano)


Compañeras y compañeros: Saludo la realización de este Foro de debate sobre los principales temas de discusión preparatorios del Segundo Congreso del PDA, que se deben adelantar con espíritu democrático y tolerancia. Ello es importante para la unidad que seguramente todos deseamos. Pero esta unida se construye con respeto a las reglas del juego internas, a los estatutos y al ideario de unidad. No puede nadie, por fuera de las direcciones del partido, promover alianzas y coaliciones con otros partidos, creando hechos concretos, muy bien utilizados por la derecha y la “gran prensa” para dividir este joven proyecto de unidad de la izquierda.

La garantía de la unidad es la discusión de todos los temas, la confrontación fraternal de todos los puntos de vista, buscando los acuerdos políticos, los necesarios consensos hacia el Congreso y en aquellos temas que no los haya pues habrá que votar y por la vía democrática tomar las decisiones, las cuales deben ser acatadas por todas las partes y los sectores que integran el Polo. No se puede aceptar que por fuera de este mecanismo se trate de crear hechos concretos que no contribuyen a la unidad. En lo que a nosotros respecta estamos dispuestos a contribuir en la búsqueda de los consensos y a aceptar las decisiones mayoritarias en el II Congreso. Así lo hemos hecho en el pasado reciente como en la consulta interna del candidato presidencial y en la de candidato a la Alcaldía de Bogotá. El éxito en ambos casos se debió a la aceptación de las direcciones y de la base de las decisiones democráticas y soberanas de la militancia. Nadie puede actuar por fuera de este procedimiento establecido en los estatutos y reglamentados por la dirección nacional.

El Segundo Congreso se reúne en el marco de cambios importantes a nivel nacional e internacional. La reciente posesión de Barak Obama como presidente de los Estados Unidos marca virajes y matices con la era de Bush, que basó su actuación en el concierto internacional en la “estrategia global antiterrorista”, la guerra y el intervencionismo descarado. Obama, sin que nos hagamos muchas ilusiones, representa otro sector dominante en Estados Unidos. Un cambio hacia el multilateralismo y a las soluciones políticas. De ello no cabe la menor duda. Pero además, la situación internacional cabalga sobre la crisis del capitalismo, que es global y no conoce excepciones, así en Colombia los uribistas, en el colmo de la arrogancia, digan que aquí no nos afectará para nada. Sí tendrá impactos y como suele ser, querrá ser trasladado a los trabajadores y al pueblo por la clase dominante oligárquica. Ello tendrá repercusiones en la sociedad, en las condiciones de vida, en la estabilidad económica e influirá en la lucha social y en la resistencia de los trabajadores.

Pero, además, la “seguridad democrática” uribista está en crisis, si la entendemos como espina dorsal de la lucha contrainsurgente, como instrumento de la guerra no sólo con la insurgencia sino contra el pueblo y que se expresa en la penalización de la lucha social y en la oposición política como es notorio en varios dirigentes y militantes del Polo Democrático Alternativo. La “seguridad democrática” es un garrote institucional que lesiona los derechos humanos y conculca las libertades democráticas.

En estas condiciones no podemos creer que la continuidad del uribismo es inevitable y que Uribe Vélez es invencible. Hay razones para considerar que no es así, incluyendo las contradicciones al interior de las fuerzas uribistas como aquí lo explicó el compañero Jorge Robledo. Uribe Vélez podrá lograr la aprobación del referendo apoyándose en las mayorías parlamentarias y con las trampas mediante las cuales acostumbra a lograr la aprobación de sus proyectos de interés particular, pero ello no le garantiza la victoria definitiva aún con las contradicciones en sus propias filas. El uribismo es derrotable, debemos ver con optimismo esa posibilidad. La perspectiva es interesante.

Hoy las condiciones en el país y en el exterior son otras, Favorables a la solución política negociada del conflicto, a la paz con democracia y con justicia social y al intercambio humanitario como lo demuestra la expectativa que hay por la liberación unilateral de los rehenes anunciada por la guerrilla de las FARC. El escenario es otro. Los vientos favorecen a la posibilidad de las transformaciones y los cambios en la sociedad.

Es lo que debe analizarse con dirección al Congreso. ¿O queremos un Polo a la izquierda en función de los cambios políticos, económicos y sociales y con vocación de poder o un Polo al remolque de quienes han detentado el poder en la historia republicana y son los responsables de esta terrible situación? Es inaceptable la idea de que al Gobierno se puede llegar por cualquier medio y haciendo quién sabe qué cantidad de concesiones. El Polo debe estar en definitiva en la izquierda como una opción democrática y popular. Con una propuesta clara de solución democrática y pacífica de la crisis colombiana.

¿Qué acuerdos se pueden pactar y sobre que bases con quienes han detentado el poder en Colombia y son responsables de la tragedia nacional? El tradicionalismo bipartidista sentó las bases de un Estado violento y antidemocrático, que no ha dejado de gobernar aunque en esta última etapa, con el uribismo en la “Casa de Nari”, es lo peor que ha podido pasarle a este país. La reconstrucción de este país pasa por un nuevo poder democrático y popular.

En este sentido, nos pronunciamos para que la línea que adopte el Segundo Congreso sea la de un candidato propio y un programa común. Un candidato elegido en consulta interna y popular entre los precandidatos, que tendrá que ser aceptada por todos como la decisión soberana de la mayoría. Y un programa que consagre la necesidad de la paz con democracia y justicia social, la solución política negociada, la reforma agraria, las reformas políticas y sociales, el respaldo a la cultura, el fortalecimiento de la educación pública, consagre los derechos de los jóvenes y las mujeres, entre otras aspiraciones de nuestro pueblo a la salud y a la recreación. Es un programa de Gobierno que convoque a los sectores democráticos y a las organizaciones sindicales y sociales. Un candidato con criterio de amplitud para ganar nuevos sectores para los cambios de fondo en la vida nacional.

Nos pronunciamos por la candidatura del maestro Carlos Gaviria Díaz que ha demostrado la mayor coherencia política e ideológica; lo respaldamos sin ninguna vacilación, con la convicción de que es el mejor, pero acataremos el resultado de la consulta democrática. Insisto en que la unidad la forjamos en el respeto a los estatutos y al Ideario de Unidad; con discusión democrática y decisiones también democráticas.

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