viernes, 19 de junio de 2009

Ataque a la cultura



*Carlos A. Lozano Guillén


Del 4 al 11 de julio del presente año se realizará el Festival Internacional de Poesía de Medellín, que todos los años organiza la Corporación Prometeo, bajo la dirección del poeta Fernando Rendón. Es un festival de multitudes, ávidas de poesía, de sentimientos y de búsqueda de respuestas a los conflictos de nuestro tiempo. En contra de la opinión del Gobierno Nacional, enemigo de la cultura popular, el Festival Internacional de Poesía de Medellín fue declarado Patrimonio Histórico de la Nación, por iniciativa del representante German Reyes del Polo Democrático Alternativo con el respaldo de la senadora Gloria Inés Ramírez y otros congresistas.

A pesar de los galardones y del reconocimiento nacional e internacional por tan importante evento, sus organizadores de la Corporación Prometeo, en especial el poeta Fernando Rendón, están siendo investigados por la Fiscalía 74 especializada de la Unidad contra el Terrorismo de Medellín, que despacha en las instalaciones de la Cuarta Brigada del Ejército, dizque por pertenecer a grupos insurgentes. Igual acusación hace la misma Fiscalía a otras ONG antioqueñas, a dirigentes políticos como Mariano Guerra, abogado, dirigente comunista y del Polo Democrático Alternativo y a dirigentes nacionales de la JUCO como Zamy Zapata y Andrés Álvarez.

Es un ataque a la cultura. Igual al que le hicieron a la directora y actriz de teatro, Patricia Ariza, que tanto repudio causó en el país y en el exterior. Es la consecuencia de la “seguridad democrática”, que convierte en terroristas a opositores y a los que crean imágenes humanistas con sentido social. Recuerdan al general franquista que decía: “cada vez que escucho la palabra cultura le echo mano a mi pistola”. ¿Cuál es la diferencia?

La cultura y la inteligencia están amenazadas en el régimen de la “seguridad democrática”. Para los déspotas uribistas, ambas son enemigas del Estado dominante. La universidad está en el centro de las investigaciones y provocaciones de los organismos de inteligencia. Aún está fresco el episodio del flamante fiscal Piedrahita, al fin destituido, quien le exigió a los rectores de las universidades Distrital y Nacional los listados de todos sus alumnos para ser investigados. Y no fue un caso aislado, porque situaciones similares ocurren todos los días al amparo de la cacería de brujas, propia de regímenes fascistas.

Miles de ciudadanos y ciudadanas están bajo sospecha en este país. Todo aquel que piensa lo presumen terrorista. Los teléfonos y los correos electrónicos de varias ONG y de organizaciones culturales están “chuzados”, pues no se permite pensamiento distinto al del unanimismo uribista. Es la forma particular como el régimen concibe la cultura. Sólo a su alrededor y en los términos de la adulación que le profesa un grupo ya reconocido de lagartos y avivatos. El país y el mundo deben cerrar filas contra tanto abuso del poder y en defensa del Festival Internacional de Poesía de Medellín atacado por las fieras del uribismo.

carloslozanogui@etb.net.co


Santos mintió: EEUU en la Operación Jaque

El 1 de julio de 2008 el gobierno colombiano lanzó la Operación Jaque, que liberó de las garras de las FARC a Ingrid Betancourt y a 3 agentes de la CIA estadounidense –entre otros- que permanecían en manos de la guerrilla.

Desde aquel 1 de julio hasta hoy, algunas noticias dieron cuenta de la participación de Estados Unidos en los hechos, pero obviamente esas versiones fueron oportunamente desmentidas por autoridades colombianas.

El mismo día de los hechos, El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, Gordon Johndroe, reconoció que su Gobierno participó de la operación.

“Este rescate lleva mucho tiempo siendo planeado, y nosotros trabajamos con los colombianos durante cinco años, desde que los rehenes fueron tomados, para liberarlos", explicó. "Apoyamos la operación y proporcionamos apoyo específico", afirmó Johndroe en unas declaraciones que fueron levantadas por la agencia alemana DPA y escasamente difundidas en los medios masivos. Siga..

Colombia debería pedir perdón a Cuba

Hernando Calvo Ospina

Las palabras pronunciadas por el presidente James Monroe, aquel 2 de diciembre de 1823, parecían justas y solidarias. Nadie podía dudar que estaban dirigidas a las potencias europeas, como Francia e Inglaterra, decididas a apoderarse de las naciones del continente en camino a independizarse de España. Monroe advirtió que el continente americano “no puede ser sujeto de una futura colonización por ninguna potencia europea (…) América para los americanos”. Esto pasaría a conocerse como la Doctrina Monroe. [1]

Tres años después, el Libertador Simón Bolívar llama a un Congreso en la provincia colombiana de Panamá. Proponía una concreta unidad de naciones para defenderse de los europeos. También iba a proponer el apoyo militar a Cuba y Puerto Rico, que seguían colonizadas por España. Es cuando Bolívar comprueba el real significado de la Doctrina Monroe: América era el continente, pero “americanos” sólo ellos, los estadounidenses. Con su no asistencia Estados Unidos boicoteó el Congreso, al tiempo que complota con... Inglaterra para que evitara la asistencia de Argentina y Brasil. Siga..

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