jueves, 23 de diciembre de 2010

El próximo año debe ser de movilizaciones populares

Manifestaciones por los derechos humanos
El año 2010, próximo a finalizar, fue difícil para el pueblo colombiano, no solo porque en los últimos siete meses de la segunda administración de Álvaro Uribe Vélez se sintieron con fuerza las arbitrariedades del Gobierno Nacional y el rigor antidemocrático de la seguridad guerrerista, sino también por la cantidad de ollas podridas en las dependencias públicas nacionales que sacaron a flote la corrupción uribista con la justificación de que todo es válido en el objetivo de aplastar militarmente a la guerrilla colombiana.  Entre tanto, aumentó la pobreza, el desempleo y las lacras sociales que afectan al pueblo y a las clases populares en particular

Con todo, hubo importantes manifestaciones por los derechos humanos, por reivindicaciones sociales, por la unidad popular, la paz, la democracia y la justicia social. A pesar de la represión, el terrorismo uribista y la penalización de la lucha social, la llama de la esperanza y del cambio no pudieron extinguirla.

Como era de esperarse, Álvaro Uribe Vélez va en dirección al basurero de la historia, salpicado de crímenes, propios de un régimen guerrerista ligado a los intereses foráneos y del capital transnacional, así como de escándalos de corrupción. Muchos de sus colaboradores están siendo enjuiciados por los organismos de control y por la justicia, para que respondan por tanta arbitrariedad y abuso de poder.

Sin embargo, el nuevo gobierno de Juan Manuel Santos, que se proclama continuador de la “seguridad democrática” y defiende con algo de vergüenza los desafueros de los últimos años con los cuales colaboró, insiste en las mismas políticas belicistas y neoliberales en contra de los intereses de los trabajadores y del pueblo. Ni siquiera fue capaz con audacia de enfrentar los desastres del invierno en el fin de año, derivados de la irresponsabilidad y la incuria sempiternas en las alturas del poder.

No se pueden esperar avances democráticos y sociales en el nuevo Gobierno. Son las mismas políticas autoritarias y plutocráticas, así estén revestidas de un lenguaje más tranquilo y hasta decente. Los trabajadores y el pueblo deben entender que solo su movilización y lucha harán posible la conquista de cambios democráticos y progresistas.

Es el desafío de 2011. Organizar y adelantar la acción de masas. Los cantos de sirena de la derecha en el poder no pueden seducir a la izquierda y a las organizaciones sociales. Es la pretensión de la clase dominante para neutralizar la lucha popular y la inconformidad del pueblo, que crecerá como espuma ante el vacío de cambios sociales.

2011 debe ser un año de iniciativas. Del fortalecimiento del Polo Democrático Alternativo con una política de izquierda y de opción popular. A preparar el Paro Cívico Nacional y a multiplicar los eventos en dirección a la unidad del pueblo. Es el año del acuerdo humanitario y de abrir escenarios de paz para la solución política del conflicto colombiano.

Para los camaradas y amigos Feliz Navidad y un próspero año 2011.

Carlos A. Lozano Guillén
Director de VOZ

Bogotá D.C. 22 de diciembre de 20

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