martes, 18 de enero de 2011

Partido gobernante de Perú trata de restañar heridas

Lima.- (PL) El gobernante Partido Aprista Peruano trata hoy de restañar heridas, desgarrado por una crisis que lo dejó fuera de la carrera electoral presidencial por primera vez en más de medio siglo. El presidente de la Dirección (Comisión) Política del aprismo, Javier Velásquez, dijo al respecto que preservar la unidad y participar en el acápite parlamentario de las elecciones generales del 10 de abril, deben ser las prioridades del partido.Recién después, indicó, deberá hacerse un análisis y un señalamiento de eventuales responsabilidades, sobre la crisis que el pasado fin de semana motivó la renuncia de la tecnócrata neoliberal Mercedes Aráoz a la candidatura presidencial del viejo partido.

La postulante dimitió luego que una elección interna aprista poco representativa y cuestionada por acusaciones de fraude, eligió una lista de candidatos encabezada por el secretario general, Jorge del Castillo, vinculado a casos de corrupción.

Aráoz dimitió porque, según dijo, al aceptar la nominación puso como condición que no hubiera ningún aspirante aprista con procesos pendientes por corrupción y Del Castillo es objeto de una indagación fiscal por gestiones indebidas a favor de un empresario petrolero.

La renuncia dejó al Apra fuera de una elección presidencial por primera vez en nueve décadas de vigencia, si se excluyen los años en los que, por sus banderas aurorales reformistas, el partido fue declarado ilegal.

Mientras el presidente Alan García se desentendió del conflicto y criticó a la dirigencia por la crisis, sin respaldar a Aráoz ni a Del Castillo, la mayoría de los miembros de la Dirección Política, que había apoyado a Aráoz, criticó abiertamente al cuestionado secretario general.

Los dirigentes Javier Barreda y Omar Quesada lo acusaron de haber causado la crisis por ambiciones personales y el segundo recordó sus contactos con una red oficialista de corrupción que en 2008 determinaron el retiro de Del Castillo del cargo de primer ministro.

Las críticas y los pedidos de reorganización total del partido y elección de una nueva dirigencia forman parte también de la secuela de la renuncia de la candidata presidencial, a la que siguió la de Velásquez como postulante a la vicepresidencia de la República.

Pese a ello, y como ha ocurrido casi siempre en el aprismo, las diferencias fueron dejadas de lado o aplazadas para mantener la unidad del partido y salir del mal momento, defraudando una vez más las expectativas de quienes hablaban de una crisis terminal o un cisma.

La Dirección Política, con Del Castillo incluido, concertaron una nueva lista de candidatos al parlamento en la que, para contestar a los críticos, el secretario general pasó del primero al último lugar de la nómina.

Entretanto, el analista político Rafael Roncagliolo dijo que la crisis presente es la peor de la historia, por deberse a causas morales y personales y no a diferencias políticas como en anteriores sobresaltos.

Otros analistas consideran que esa mayor gravedad se debe también a una posible pérdida de identidad política del aprismo que, al abrazar el neoliberalismo, dejó atrás sus posiciones centristas y se mimetizó con los partidos de la derecha tradicional, al punto de sustituirlos.

PL/PCC

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