jueves, 8 de marzo de 2012

La mujer es símbolo de vida, esperanza y revolución

María Cano: Modelo de mujer luchadora
Por Nelson Lombana Silva.-PaCoCol

(Ibagué, marzo 8 de 2012) Si hay libros que despotriquen del papel y la misión histórica de la mujer, (con el respeto de creyentes) es la biblia y los textos denominados “sagrados”. Lea el génesis, por ejemplo. Por culpa de la mujer se perdió el paraíso; la mujer sale de una costilla del hombre, como quien dice: debe ser sumisa de éste. Más tarde diría Schopenhauer: “La mujer es de cabellos largos e ideas cortas”.


De ese oscuro laberinto sale la mujer y contra toda adversidad se abre camino y espacio, llevando a decir a Gabriel García Márquez: “Es de vida o muerte que la mujer tome las riendas de la humanidad”. Ha sido un proceso largo y doloroso para encontrar entre tanta infamia y desconsideración un espacio para salir y brillar con luz propia. Mujer es mi madre, es mi hermana, es mi novia, es mi camarada y revolucionaria.

La esperanza reivindicativa para la mujer comienza de verdad con el surgimiento de las ideas socialistas, por cuanto es el sistema que coloca en el centro el humanismo, rechaza el machismo y desde luego, la burda explotación del hombre por el hombre.

En el capitalismo es un objeto de uso, un instrumento de placer convertida en mercancía cuando urge de joven, bella y atractiva, pero una vez desaparecen esos encantos se arroja al basurero tal como se arroja el papel al cesto de la basura una vez se utiliza. ¿Qué tiene que ver una mujer hermosa con una llanta year? La sociedad de consumo, el ímpetu capitalista proscribe la vida humana y es respaldada por la fuerza del dinero y el poder descomunal. Una encuesta señalaba que el 95% de las mujeres se prostituyen por falta de dinero y de oportunidades. 

María Cano: Modelo de mujer luchadora

El 8 de marzo, las naciones unidas, han declarado como “El día Internacional de la mujer”. Se constituye en momento especial para relievar su papel protagónico en el desarrollo de la historia y de la lucha de clases. ¡Cuántas mujeres son hoy verdaderas heroínas en el planeta, en Colombia, en el Tolima, en la ciudad, en el campo!

Quiero hacer referencia breve de María de los Ángeles Cano Márquez, hija de Amelia Márquez Cano y Rodolfo Cano Isaza, nacida el viernes 12 de agosto de 1.887, a las once de la noche, siendo la octava y última hijo de este matrimonio, en una modesta vivienda ubicada en la plazuela de la Veracruz, frente a la residencia donde nació el héroe Atanasio Girardot.

Fue bautizada en la iglesia Veracruz  el 21 de octubre de ese año, a las 10 de la mañana, ceremonia oficiada por el cura Pedro Nolasco Cadavid y murió el miércoles 26 de abril de 1967 en la clínica Santa Ana de la ciudad de la eterna primavera, Medellín, Antioquia, a la una de la tarde, siendo visitada por su amigo Alfonso Acosta Restrepo. Murió abandonada por los líderes de izquierda del momento, al extremo que fue en casa del partido liberal donde se veló y su cuerpo permaneció hasta su funeral. Recuerda esta dramática historia a lo sucedido al libertador Simón Bolívar, que murió en casa de español. ¡Que todo sea una cruel paradoja!

Vivió un período cruel. Solo hasta 1933, la mujer colombiana pudo optar por el título de bachiller, solo las que aspiraban a ser profesoras, podían llegar hasta el cuarto grado  en las normales rurales  y hasta el quinto en las normales superiores. A partir de 1936, la mujer tuvo acceso a la universidad. Por supuesto, las adineradas y las que hacían parte de la alta sociedad. Es más, hasta 1957 pudo ejercer el derecho al sufragio.

Todo porque la iglesia católica enseñaba y ordenaba que a la niña se le preparara y educara para que llegara a ser una buena ama de casa y más tarde se dedicara a cuidar de los hijos, era corriente decir que la mujer era de la casa y el hombre de la calle.

María Cano, que tuvo la fortuna de no caer en esta oscura manta de la iglesia, porque sus progenitores y familiares fueron librepensadores, condenó esa cruda discriminación y propuso que la única salida era educando a la mujer. Por eso se preguntaba: “¿Por qué nos imponen deberes ciudadanos y nos niegan derechos ciudadanos?”

Consciente de la discriminación y de injusticia social que caracteriza al sistema capitalista, señaló sin ambages: “Soy mujer y en mis entrañas tiembla el dolor al pensar que pudiera concebir un hijo que sería esclavo”.[i] 

Fue una mujer diminuta. Frágil físicamente, pero de un corazón inmenso y una capacidad revolucionaria impresionante. Fue fundador del partido Socialista Revolucionario, PSR y más tarde el Partido Comunista, el 17 de julio de 1930.

Se recorrió el país. Sus extenuantes viajes siempre estuvieron acompañados del calor de la masa popular que la veía como una auténtica líder. El primero de mayo de 1925 le correspondió encabezar la celebración del primero de mayo en Medellín investida de la responsabilidad de haber sido escogida en esta ciudad como la “flor del trabajo”. La vida pública para algunos de María Cano fue de cinco años. Cinco años intensos. Cinco años de pura lucha revolucionaria contra la infamia del régimen capitalista.

Sin embargo, María Cano tiene muchas e interesantes facetas: Poetiza, periodista, escritora y dirigente política. En su modesta casa cada ocho días se sucedían interesantes tertulias. Allí, acudían para discutir diversos temas, entre otros: Efe Gómez, autor de varios libros, como Mi Gente y Guayabo Negro; Luis de Greiff; El “negro” Antonio J. Cano; Horacio Franco; Miguel Agudelo, Luis Tejada Cano, Benjamín Tejada Córdoba.

Fue una modelo de honestidad, lucha y abnegación. Ella encarna la mujer luchadora que hoy junto al hombre sueña con la justicia social, con el Socialismo. A las muertas, ¡honor y gloria! Y a las vivas, nuestro vivo reconocimiento hoy siempre.

[i] ARANGO JARAMILLO, Mario. María Cano. Flor eterna, siempreviva. Editado, producido y publicado por la fundación universitaria María Cano. Primera edición, Medellín, mayo 2001. Página consultada 34.

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