lunes, 1 de octubre de 2012

“La Historia de Marco Díaz es la Historia de un Comunista ejemplar”: Lozano Guillén

“La Historia de Marco Díaz es la Historia de un Comunista ejemplar”: Lozano Guillén (Intervine Carlos A. Lozano Guillén, foto nelosi)
Por Nelson Lombana Silva .- PaCoCol

(Ibagué, septiembre 30 de 2012) Antier, en el funeral del camarada Marco Elías Díaz Puentes, el camarada Carlos A. Lozano Guillén, miembro del comité central del Partido Comunista y en representación de éste, pronunció unas emotivas palabras de despedida en la funeraria, ante la familia, Comunistas y amigos que acudieron a acompañar al gran camarada hasta su última morada y a su prestigiosa familia.


Con voz pausada y triste, el director del semanario VOZ La verdad del pueblo, hizo una síntesis perfecta de lo que fue la vida pública y política del camarada Marco Elías Díaz Puentes. Dijo que era un paradigma para las presentes y futuras generaciones de luchadores por el socialismo y la justicia social. Destacó la firmeza ideológica y política de Marco Elías; además, reconoció públicamente el aporte en su formación personal.

La oración fúnebre, una verdadera pieza oratoria, fue registrada por la página www.pacocol.org de la  siguiente manera:

Estoy acá, así sea una cita triste, porque me unió una gran relación política y de amistad con Marco Díaz a lo largo de muchos años. Le debo con gratitud que fue una de las personas que me trajo a la militancia Comunista y que ayudó en mi formación, formación que de alguna manera ha sido definitiva para poder actuar en la vida política y social del país. 

A Marco lo conocí, más o menos hacia los años de 1.963, 1.964, cuando yo era un estudiante de bachillerato; ya Marco era un dirigente muy importante del Partido Comunista en el Tolima. Él y otro dirigente de la época, Pedro Ignacio Villamarín, fueron los que justamente me invitaron a incorporarme a las filas de la Juventud Comunista, (Paradójicamente, no fueron los jóvenes Comunistas los que me invitaron a la Juventud, sino Pedro Ignacio Villamarín y Marcos Díaz, que eran los principales dirigente del Partido en aquella época).

Y con Marco establecimos desde entonces una estrecha relación, porque al lado de varios de sus hijos y con la siempre hospitalidad de doña Pepa, hacíamos nuestras reuniones de nuestro centro de militancia juvenil allí, en la casa en el barrio Belén.

Y reuníamos cada ocho días nuestro organismo de militancia con jóvenes, jóvenes de los barrios y estudiantes de bachillerato de la época, sobre todo del colegio San Simón.

Y siempre estábamos allí con la compañía de Marco, quien nos transmitía sus experiencias, sus conocimientos. Él a pesar de su extracción proletaria y popular era un hombre, no solamente inteligente sino de vasto conocimiento, normalmente quienes tienen ese origen, tienen la limitación porque no tienen el fácil acceso a la educación en un país como el nuestro.

Sin embargo, en el caso de Pedro Ignacio Villamarín, Marco Díaz, Jesús Marulanda, dirigentes obreros, sindicalistas como Rafael Cely, Jorge Noel Robayo, que está todavía por acá con nosotros, de Juan Vélez, bueno de tantos, Chucho Peña, que también está aquí en Ibagué todavía; a pesar de esa limitación de no haber llegado a una vida escolar, pues, muy fructífera, por las propias limitaciones, de todas maneras tenían su formación política, su intuición, su origen popular les permitía conocer ese entorno social.

Marco era un artesano, otros eran sindicalistas, otros hacían actividades cívicas y populares, pero en fin, todos tenían esa experiencia que les permitía conocer la realidad, y sobre todo lo más importante: Transmitirla.

Por eso yo digo que esas experiencias, esa orientación que yo recibí en aquel momento, fue definitiva para mi formación política, que de algo ha servido a lo largo de estos años en mi vida pública nacional.

No podía faltar a esta cita porque esas relaciones son muy estrechas con toda la familia, con Germán, con Cecilia, con Nubia, con Julieta, con Gerardo, con Marcos, con Isleni, que no pudo estar acá. A todos los he conocido y los he tenido muy cerca, a pesar de que a veces la distancia por los quehaceres de cada uno de nosotros, pero hemos tenido nuestra estrecha relación y nuestras manifestaciones de aprecio y de cariño que eso es lo más importante. Unidos, por supuesto, a nuestros postulados, a nuestros objetivos políticos, a nuestra creencia de que la militancia Comunista, la lucha política, popular y revolucionaria es la mejor para poder cambiar esta sociedad y para que algún día podamos gozar mejor, como lo quisieron en su tiempo, quienes nos ayudaron a formar y como siempre luchó Marco hasta el final de sus días, porque nunca abandonó la militancia en su partido en ninguno de los momentos, ni de las circunstancias, siempre estuvo allí; así como se dice coloquialmente: Falleció al pié del cañón, siendo militante Comunista.

Yo vine hace como dos meses a la conferencia regional del Partido, previa al 21 congreso, que realizamos en el mes de julio y allí lo encontré, cargado ya de sus años por supuesto, pero vital, lúcido, allí en las actividades de la conferencia y estuvo todo el tiempo como siempre: Muy atento y muy consecuente y pendiente de que el Partido no se salga de su rumbo aquí en el Tolima.

Lamentablemente no pude venir antes como hubiera querido, cuando aún estaba hospitalizado, porque estaba fuera del país, llegué y me di cuenta por la nota que escribió el camarada Nelson Lombana Silva, inmediatamente me comuniqué con él, y aunque tengo un viaje mañana, vuelvo a salir del país, pues, dije: De todas formas hay que ir, hay que llegar, hay que estar presente.

Ayer se lo informé a la dirección nacional del Partido que estuvimos reunión del comité ejecutivo, el camarada Jaime Caicedo Turriago, me solicitó que les trasmitiera también sus saludos fraternales, sus manifestaciones de solidaridad, que no son solo de él como secretario general nuestro, sino las del conjunto del Partido, que apreció bastante a Marco.

Vi bastante conmovido ayer cuando se lo dije al camarada Álvaro Vásquez del Real, que también ya está bastante entrado en años y quien conoció a Marco, desde la década de los años 50s cuando Álvaro vino a Ibagué y fue perseguido como igual lo fue Marco, Villamarín y tantos otros camaradas nuestros. Y Marco en varias oportunidades con doña Pepa lo acogieron allá en su casa del barrio Belén, para que pudiera eludir la persecución y las amenazas del militarismo y de los organismos de seguridad que estaban al acecho siempre. Igual ocurrió con una persona que yo sé que lo quiso mucho, que ya no está entre nosotros, que fue Luis Morantes. Fue muy entrañable amigo de Marco, en distintas oportunidades que me encontré preguntaba por él; Lelio Rodríguez que ya no está en el Partido por razones que no vienen al caso, pero que también fue acogido con hospitalidad, con solidaridad, cuando Lelio como dirigente del Partido del Tolima fue perseguido, intimidado.

Así que la historia de Marco Díaz es la historia de un Comunista ejemplar. Ojalá los camaradas nuestros, hombres y mujeres, aquí en Ibagué y el Tolima, puedan asimilar las enseñanzas, las enseñanzas reales de la vida de Marco, lo que él nos trasmitió en sus reuniones como también con su vida de lealtad ejemplar hacia el Partido. Para Marco nunca hubo problemas con ningún otro camarada, era un hombre alegre, un hombre de mucha convicción, de mucha lealtad a los principios del Partido, los hacia respetar con energía, pero sin atropellar a nadie, en el entendido que lo más importante para nosotros es el Partido, es el fortalecimiento la vida del Partido, respaldar nuestra organización partidaria para que salga adelante en los malos momentos y aproveche también las buenas oportunidades para escalar posiciones en la vida política y social del país.

Así que yo invito a eso, a que estudiemos todos estas enseñanzas de vida, que son las enseñanzas de un hombre sencillo, de un hombre modesto, pero ejemplar, no solamente para su familia, sino para la otra familia, que es la familia de los Comunistas, a quienes siempre nos acompañó Marco.

Así que va nuestro saludo a toda la familia, nuestro cariño, nuestro abrazo solidario, es un momento realmente triste, pero nos queda la satisfacción de todas maneras que cumplió su ciclo vital, al fin y al cabo, son largos los años que estuvo Marco con nosotros, hubiéramos querido que fueran más, pero bueno, la vida tiene su curso normal, recibimos con dolor este momento, pero al mismo tiempo nos debe servir de ejemplo para seguir adelante como siempre lo hizo Marco: mirando hacia el futuro, mirando hacia el porvenir con alegría, con entusiasmo, viviendo la vida porque así tiene que ser y luchando por nuestro pueblo para que algún día logremos esa realidad por la que siempre luchamos, que es el triunfo de la paz, de la democracia, del Socialismo, que al fin y al cabo, es la razón de ser, no solamente de nuestro Partido, sino de hombres y mujeres que lo componen, que lo integran. Fue la razón de vida de Marco. Toda la vida eso fue lo que hizo: Trabajar para poder darle estudio y formar a su familia y construir Partido Comunista, en los tiempos que le dedicaba al Partido que era buena parte del día y de la noche, para que el Partido recibiera ese apoyo, ese soporte.

Así que aquí estamos todos que lo despedimos con tristeza, pero también nos queda la satisfacción que quedó su legado. Aquí estamos, aquí está también José Neira que también fue un entrañable amigo, muy cercano a Marco, también desde aquellos tiempos en que yo ingresé a la Juventud Comunista y este momento de dolor, pues, nos debe servir para despedir a Marco como se merece, diciéndole que vamos a seguir adelante, que no vamos a aflojar en ningún momento, que vamos a tener en cuenta todas sus enseñanzas, todo lo que él nos orientó, todo lo que él nos formó, porque de ninguna manera lo vamos a defraudar.

Así que muchas gracias y un saludo para todos y todas ustedes y nuestro reconocimiento y cariño a este hombre extraordinario.

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