jueves, 13 de marzo de 2014

Pierde la democracia

Redacción política


La parapolítica vuelve a reinar en las elecciones. Ríos de dinero para la compra de caciques políticos locales al mejor postor, tráfico de influencias, constreñimiento al sufragante, publicidad ilegal, un cuestionado sistema biométrico, entre otras, fue la fotografía de las pasadas elecciones. El paramilitarismo en cuerpo ajeno se toma la bancada de extrema derecha en el Congreso. En entrevista Carlos Lozano hace balance de los resultados. La UP tuvo un desempeño digno. Hay mucho qué hacer, dice Lozano.



Carlos Lozano realizó una intensa campaña electoral en el país, en 45 días, acompañado de Aída Avella y de Lilia Solano, “dos mujeres extraordinarias, luchadoras populares, llenas de coraje, que me enseñaron bastante y promovieron mi candidatura”, dice. La campaña fue exitosa porque en todas partes hubo calurosos recibimientos al renacer de la esperanza de la Unión Patriótica, de nuevo en el escenario político después del genocidio. No resultó la curul del senado, “a lo mejor no se entendió la coalición con Alianza Verde y hubo una especie de voto castigo de militantes y simpatizantes”.


La UP fue recibida con alborozo. “Las amenazas y hostilidades de los enemigos de la paz no nos intimidaron”. Quedó en evidencia que amplios sectores estaban esperando ese discurso de cambio democrático, de unidad popular y de una nueva Colombia de paz con democracia y justicia social.


El dirigente comunista agradece a las personas y equipos que ayudaron y promovieron su candidatura, en especial a Aída Avella, quien lo respaldó en todo momento y recabó el apoyo de los upeístas para llevar al Congreso al hombre de la paz. También a la comisión nacional de la cual hicieron parte Claudia Flórez, Nayibe Herrera, Isabel Mesa, Hernán Camacho, René Ayala y Juan Pablo Montero, entre otros. “Sin su ayuda hubiera sido imposible cumplir con la agenda y las tareas electorales en medio de tantas dificultades”.


Destaca la labor de su familia y de numerosos amigos que fueron agitadores y capitanes del debate, consiguiendo votos a diestra y siniestra. “Muy importante la labor de la Juventud Comunista Colombiana, mi querida JUCO”, dice Lozano. Se echó sobre sus hombros la responsabilidad de la campaña en muchas partes. Oleadas de jóvenes con su alegría, entusiasmo y vibrantes consignas motivaban los actos electorales.
El abstencionismo


–¿Qué balance electoral hace usted?


–De un total de 32.835.856 del potencial electoral, apenas votaron 14.310.367 personas. El abstencionismo sigue pesando sobre la precaria democracia. En este caso fue del 57.42% con relación a la votación del senado. En el caso de Cámara fue similar. Mucho más en el Parlamento Andino. Las razones son varias: el desprestigio del Congreso, la apatía política que se fomenta desde las alturas del poder, porque entre menos vote la gente es mayor la posibilidad de que los partidos tradicionales se perpetúen; también pesa una pequeña fracción de abstencionistas que desprecian la vía electoral como forma de la lucha revolucionaria.


No existe una cultura política que sea estimulada desde el Estado dominante para que la gente entienda el significado de la participación ciudadana como vía de cambio. Se afianza es la idea de la antidemocracia, de la violencia desde las alturas del poder, del fraude y los vicios de la politiquería, que hacen ver como imposible la utilidad de esa vía. Está siempre presente el adagio de que el que escruta elige. Con todo, la participación electoral es importante. Las curules de la izquierda se convierten en trincheras de lucha como lo demuestra la historia.


Otros elementos


–¿Cómo explicar la cantidad de votos nulos?


–Fueron 1.485.567. Una cifra enorme. Obedece al complicado sistema electoral. El tarjetón es inmanejable y complicado de entender. Facilita el fraude, la suplantación del votante y que se impongan modalidades delictuosas de compra de votos. Se requiere una profunda reforma electoral democrática que purifique el voto y aleje las prácticas clientelistas y corruptas de la politiquería tradicional.


La reforma electoral debe ir pareja a la reforma política. El mecanismo de umbrales y cifras repartidoras, del voto preferente, genera desventajas. Mientras hay senadores que se eligen con 11 mil votos, hay otros que no lo logran con más. El sistema de pesos y contrapesos no funciona para la igualdad ante la ley.


–¿Y el voto en blanco?


–No colmó las expectativas mediáticas. Fue de 746.659, el 5.21%. En las condiciones del proceso político colombiano el voto en blanco favorece a las enormes maquinarias electorales corruptas del sistema. Otra cosa es que como en la novela de Saramago, “Ensayo sobre la lucidez”, el voto en blanco deslegitime el proceso electoral. No es el caso de Colombia.


–¿Quiénes ganan y quiénes pierden?


–Ganó la derecha. En primer lugar el Gobierno de Juan Manuel Santos y su ambición reeleccionista, porque la U fue el partido más votado y la Unidad Nacional (Cambio Radical y liberales) lograron casi la mitad del Senado y la mayoría en la Cámara, amén de que buena parte de los conservadores están con el Gobierno por aquello de la mermelada.


Habrá la presencia de la extrema derecha guerrerista del Puro Centro uribista. No lograron los resultados que anunciaban, pero tendrán 19 senadores, algunos asustan con su pasado nefasto en la “Casa de Nari” y en la parapolítica. Empezando por el ex presidente que algún día tendrá que responder ante los jueces nacionales o internacionales por los presuntos actos criminales de su Gobierno.


Pierde el país. Pierde la democracia. Aunque si Santos es consecuente con el proceso de paz de La Habana tendrá que poner a la Unidad Nacional en función de los acuerdos y de la salida política con justicia social.


No es una catástrofe


–¿Y la izquierda?


–No es una catástrofe. La UP tuvo una presencia digna. Cien mil votos para las Cámaras y 256.779 para el Parlamento Andino. Es positivo. En menos de un mes y medio de campaña electoral, sin garantías y bajo amenazas, atentados y hostilidades. Además de las desventajas, porque el dinero del Consejo Nacional Electoral llegó cuatro días antes de los comicios, mientras que los otros partidos lo recibieron con antelación. El Polo, que perdió curules y votos, queda con cinco senadores y un representante. Hay que destacar el respaldo a Jorge Robledo e Iván Cepeda y el ingreso de Luis Alberto Castillo, dirigente agrario del Catatumbo.


En la Alianza Verde es importante que estén Claudia López y Antonio Navarro, a pesar de las diferencias que tenemos, pero serán importantes en los proyectos de paz y derechos humanos.


–¿Qué pasó con su senado?


–Se hizo un arduo trabajo. Aída me ayudó mucho. Habrá que hacer un balance nacional exhaustivo y autocrítico. Analizar los resultados para entender qué pasó. A lo mejor no se entendió bien el sentido de la coalición con la Alianza Verde, la campaña anticomunista y de señalamientos hizo mella, hubo camaradas y simpatizantes que prefirieron votar por otras opciones que creyeron mejores. Seguramente también hubo falencias del candidato. Son muchos los factores. No es el acabose. Es un revés y nada más.


–¿Se siente derrotado?


–Para nada. Mi familia, mis camaradas y amigos me dan ánimo, hay que seguir luchando, tengo vitalidad y convicción. Continúo al frente de VOZ hasta cuando la dirección del partido lo considere así. Continúo en el proceso de paz y por supuesto asumiré las tareas que el partido me asigne. Un revolucionario nunca puede sentirse derrotado. La dirección nacional de la JUCO me envió una carta que me llegó a lo profundo de mi conciencia. La encabeza una frase de Napoleón: “El triunfo no está en vencer siempre, sino en nunca desanimarse”.
La campaña presidencial


–¿Qué sigue?


–Primero, la campaña presidencial. Acompañaré a Aída Avella y a Jahel Quiroga. Es la mejor fórmula. Significa la paz, la democracia y la justicia social. Dos mujeres que han hecho historia como sobrevivientes de la UP. En el entendido de que es indispensable estar abiertos a la unidad con la izquierda y sectores sociales. Ojalá sea posible.



Segundo –no por ser adjetivo- la lucha social y popular. La Cumbre Campesina, Étnica y Popular de este fin de semana; las constituyentes regionales; el trabajo por la asamblea nacional constituyente; el paro agrario y popular; las luchas sociales y reivindicativas en un país arrasado por la política neoliberal y la presencia arrogante de las transnacionales que saquean los recursos y envenenan el medio ambiente; la construcción del frente amplio por la paz. ¡Hay mucho qué hacer!



Semanario Voz



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