jueves, 7 de abril de 2016

Colombia: Alertan sobre peligro paramilitar para esfuerzos de paz

Por: Adalys Pilar Mireles

El politólogo colombiano Carlos Lozano manifestó hoy optimismo por la reanudación de los diálogos con las FARC-EP y la proximidad de reuniones formales con el ELN, pero advirtió que el paramilitarismo constituye un obstáculo enorme para la paz.



En declaraciones a Prensa Latina, el también periodista y biógrafo de las pláticas entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) aseguró que pese a cualquier desacuerdo, lo verdaderamente importante es que ambas partes volvieron a encontrarse en La Habana esta semana para exponer sus criterios e intentar conciliar posiciones.


Es obvio que hay diferencias, las delegaciones tienen puntos de vista discordantes, casi antagónicos en algunos aspectos, pero creo que a través de las conversaciones y con voluntad política podrán conseguir un acuerdo, subrayó el director del semanario Voz.


Sin embargo, Lozano insistió en que el paramilitarismo representa una amenaza para esas gestiones.


En estos días -recordó- vimos los efectos del llamado "paro armado" en varios departamentos perpetrado por el clan Úsuga, una variante de ese flagelo, realidad que el Gobierno niega pues argumenta que son pretextos de las FARC-EP en Cuba para demorar la firma de la paz e inventos de la izquierda en Colombia.


Esa banda obligó a los pobladores a cerrar comercios, instituciones educativas y paralizar el transporte; adicionalmente incineró vehículos y exterminó a cinco personas, entre otras acciones violentas.


En su opinión, esos grupos que el Ejecutivo califica de estructuras criminales son brazos del viejo paramilitarismo, en muchos casos con mandos medios que no fueron nunca encarcelados y hacen su trabajo en coordinación con capos (narcoparamilitares) actualmente en prisión, dijo.


El primer paso -añadió- debe ser reconocer la persistencia de ese mal, después atacar las relaciones de esas organizaciones con agentes del Estado, cortar todo tipo de colaboración o complicidad, y en tercer lugar plantear una política de sometimiento a la justicia.


Al referirse a las pláticas con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las cuales deberán comenzar en Ecuador en fecha aun sin precisar, Lozano afirmó que esa otra negociación podría ser ágil.


Espero que se pueda avanzar a un ritmo más acelerado que el de Cuba con las FARC-EP y que finalmente ambos procesos se encuentren en el tiempo a partir de coincidencias en puntos de las agendas, con el propósito de alcanzar así soluciones para las dos agrupaciones insurgentes.


La paz de Colombia tiene que ser integral, enfatizó el analista.


El pasado 30 de marzo voceros gubernamentales y del ELN dieron a conocer su decisión de iniciar encuentros oficiales, luego de una fase de aproximaciones exploratorias, animados por la voluntad de encontrar una salida negociada a la guerra interna que dura más de medio siglo.


Tales citas tendrán, además, sedes en otros países de la región (Cuba, Brasil, Chile y Venezuela), para debatir una agenda de seis temas.


Dichos análisis aprovecharán los aportes de la ciudadanía en el momento de construir los pactos y probablemente algunos de los consensos rubricados ya con las FARC-EP, sobre todo en asuntos propios del fin del conflicto como el cese el fuego bilateral y la dejación de las armas; también el mecanismo de justicia transicional, adelantó el presidente Juan Manuel Santos.

Las sesiones de trabajo con ese último grupo rebelde fueron reiniciadas este miércoles en la capital cubana con el desafío de superar las desavenencias en cuestiones claves, diferencias que obligaron a prolongar el cierre de las conversaciones más allá del 23 de marzo, fecha límite proyectada.


Prensa Latina







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